A los pocos segundos,
Mi oido capta los ruidos:
Se avecina tormenta
en la capital del principado.
Corazones desolados
vagan solos,
sin destino planeado.
Me paseo vagamente por la vida;
y aún sin salir de este agujero,
puedo ver el mundo entero.
Capto el dolor propio,
y siento el miedo ajeno.
En cada instante ansío el amor;
mas no averiguo lo que quiero….
Y soportarlo ya no puedo.
He de podarme cual
un árbol en mal estado.
Captar el agua de la lluvia
y curarme de esta espanto
que me invade al recordar
lo que soy, de dónde vengo.
Mas sé que la tormenta se irá, y
la calma apaciguará mi lamento.

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