Podría escribir los versos más tristes esta noche
y haceros llorar por solo imaginar el derroche
que muchos causaron. Pero al ciudadano
no le dan ni siquiera capacidad al reproche,
ni armas, ni ganas de luchar como hermanos
contra los daños que nos causan los amos,
de este cruel mundo plagado de daños;
de pestes, de plagas y virus mortales.
No hay armas para combatir esos males.
Podría deciros que no hay solución
que nosotros debemos darles perdón
y olvidar a las vidas que por ellos se fueron
a un mundo mejor o simplemente lejano
de las pestes y estragos que causa Ser Humano.
Pero no, hermanos. No hablaré de dolor
ni de guerras mentales, ni de temor.
No daré claves para salir del horror,
ni solucionaré los males que la vida os causó.
Yo voy a escribir para cantar al amor
para hablar de ternura y abrirte el corazón,
para hacerte ver que no importa el dolor
si aprendes con ello a tener más valor.
Yo voy a pintar en tu mente un retrato
que te haga recordar historias del pasado
cuando, como nosotros, otros hermanos
consiguieron liberar a los ciudadanos
de un mundo preso en temores y fallos.
Yo voy a decirte que todo es posible.
Voy a hacerte creer que la vida sigue,
y que cada día es un nuevo comienzo,
para aprender a superar nuestros miedos,
y aprendiendo a afrontar nuevos retos.
Voy a hacerte ver que eres un vencedor
pues al nacer en este mundo de horror
has superado una prueba de honor.
A ti, lector, te digo:
no hay límite si vives con am.
Texto: Wendy Bernal
Foto: Julio Murias