jueves, 8 de noviembre de 2012

Yo... Sola en el inmenso Océano. Sola, jugando con las olas, dejándome acariciar por sus ondulaciones. Siento el frescor del agua, que baila contenta a mi alrededor, en una explosión de felicidad infinita.
A lo lejos te encuentro: te miro. Me observas. Sé que me ves: te siento desde hace rato. Te pienso y te veo, de repente, ahí. Como atraído por una fuerza intensa que te empuja hacia el mar, que te hace respirar con más intensidad, y seguir el sonido de mis cantos de sirena hasta el infinito.

miércoles, 7 de noviembre de 2012


La quise porque era mía,
porque desde el primer día;
supe que conmigo vendría:
hasta el infinito y más allá.

La amé porque quería,
porque al estar a su lado
creí que me pertenecía,
que nos unía un fuerte lazo.

La agarré entre mis brazos,
con fuerza, sin cuidado
_No te vayas_ imploré
_Vente conmigo a tomar café.

Decidí aquel día
que lucharía por tenerla
aunque ella no quisiera,
porque mi amor ya le valía.

Pero… se fue yendo
con el tiempo, sin lamento
sin siquiera decir adiós
sin pronunciar un "lo siento".

Pero sigo oyendo su voz;
siento el roce de su  pelo,
y huelo en cada rincón,
el aroma de su cuerpo.

La recuerdo cual antaño
 y en el brillo de sus ojos.
me miro a mi mismo,
reflejado en sus sueños.

Y ahora que no está,
me hundo y me consumo
en un cuarto lleno de humo,
de nostalgia y soledad.


Wendilla D. Bernal Rodrigues